Me duelen las mujeres de ojos tristes
y de pasos silenciosos.
Manos que se prolongan
buscando una esperanza,
cuerpos cansados
anhelantes del abrazo ausente.
Mujeres – niñas,
mujeres jóvenes
mujeres maduras,
mujeres que tejen sus historias
con hilos da agonías,
voces que cruzan horizontes
y se convierten en gemidos.
Mujeres resistiendo
al dolor y al sufrimiento
sacando su coraje
y secando sus sollozos.
Hoy hay que gritar bien fuerte
que el dolor lacera las entrañas,
que la muerte
se convierte en una carga
y rompe los sueños y la vida,
que ya basta de engaños y promesas
que mientras haya armas por el mundo
habrá injusticias
y habrá llantos.
Hoy me duelen las mujeres
De mi pueblo,
Las mujeres de ojos tristes
y pasos silenciosos.
¿Cuándo llegarán los nuevos días
que den paso al brazo enamorado
Y la chispa de risa en las pupilas?
y de pasos silenciosos.
Manos que se prolongan
buscando una esperanza,
cuerpos cansados
anhelantes del abrazo ausente.
Mujeres – niñas,
mujeres jóvenes
mujeres maduras,
mujeres que tejen sus historias
con hilos da agonías,
voces que cruzan horizontes
y se convierten en gemidos.
Mujeres resistiendo
al dolor y al sufrimiento
sacando su coraje
y secando sus sollozos.
Hoy hay que gritar bien fuerte
que el dolor lacera las entrañas,
que la muerte
se convierte en una carga
y rompe los sueños y la vida,
que ya basta de engaños y promesas
que mientras haya armas por el mundo
habrá injusticias
y habrá llantos.
Hoy me duelen las mujeres
De mi pueblo,
Las mujeres de ojos tristes
y pasos silenciosos.
¿Cuándo llegarán los nuevos días
que den paso al brazo enamorado
Y la chispa de risa en las pupilas?
María Helena Céspedes Siabato
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