El exilio de mi vida se terminó.
Ya mismo vuelvo a mi misma.
A quien soy
a quien vibro
a quien siento.
Como lo haga a cada momento,
sin moldes
sin límites
sin tapujos (sí, sin tapujos).
Siendo a cada rato, a cada tiempo, a cada gana, sin más, sin recetas ni espejos censurones.
Con ganas, con vida, con aire, con sol y, sobretodo, con sueños
Miedos, los que aparezcan
Muertes, constantes, tanto como los renaceres.
Mimos, caricias y buenas caras; rezongos, lágrimas y lo que haya
Llegué como pude, sigo como quiero (y no me para nadie)
Ahora y siempre
Amen
¡Que así sea, poeta! Un abrazo.
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