Mi paisaje tiene el vaivén de olas tranquilas, danzarinas e inquietas agüitas que mecen y sanan;
tiene nubes grises que saben de acompañar; tiene viento que canta y ruge y estremece la piel larga y manchada.
Mi paisaje se estremece y resguarda en el silencio cotidiano, se ampara en la carne que duele al identificarse.
Mi paisaje está guardado.
Mi paisaje está guardado pero a veces se escapa.
Mi paisaje se encuentra con otros paisajes que le dicen que hay más. Mi paisaje los reconoce, se mece y les regala su danza de nubes y viento, de piel y carne, y se vuelve a guardar
Gracias Silvana y Gracias Sandra por todo el amor y el arte
No hay comentarios:
Publicar un comentario