Evocando ocasos, construyendo adioses, gesto despedidas mientras repaso los hilos que me forman
Reconociendo los que me identifican, tensando los que me sostienen, me encuentro absoluta y desnuda
Aparece el agua que me recorre, el caudal de mi ternura, la mirada que me identifica, el abrazo que me nombra
Los amores que supieron ser casa y frontera, las amigas que son refugio, las esperas que supieron ser magia
Y, de repente, vibro con una zamba; una que me habla de deseo, inocencia y caída; de complicidad encuentro y miradas
Y siento el miedo, esa gran instancia; después la certeza de sentirme en casa en la intemperie, bajo la lluvia y descalza
Me encuentro con mis necesidades, con la posibilidad, con la llegada, las promesas que me hago, mi espacio y mi Palabra, esa que habito, que danzo y esgrimo, la que me contagia la libertad profunda de sentirme acogida y acompañada
Que las palabras te habiten siempre, poeta querida. Un abrazo.
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