Yo, que siempre desafié con la mirada, temo enfrentar la tuya, adivino que en ella vas a leer lo que pasa en mi y me asusta brindarte un sentimiento que yo no conozco y que vos no queres. Me peleo conmigo misma y sólo reconociéndome podré salir victoriosa y brindarme entera.
No quiero besarte por sólo saciar este delirio emfebrecido que me arrastra a tus brazos, quiero que mis besos sean mensajeros de lo que pasa en mi. Y me desespero. Y espero. Y me acorazo. Te busco y te temo.
¿Qué me hiciste?
Ya no se quien soy ni donde estoy.
Ya no hay certezas.
O sí. Se que me importas aunque lo cayo. Quisiera encontrarte sabiendo, sin culpas, íntegra, total, orgullosa, por sobre todo un pasado que se torna inexistente.
Pero para mi es una necesidad vital ser transparente, como se que me ves; por eso me contengo, espero, pero temo que un encuentro acabe con todas mis buenas intenciones, que no pueda resistirme, que te bese desesperada y feliz ¿Se ahogarían todas mis dudas en tus labios? Te siento cerca.
Creo que sí
Qué hermoso poder acompañar este día ventoso con tus textos. Qué lindo es leerte, Mara.
ResponderEliminargracias por tu aliento compañero, poeta. se te extraña
ResponderEliminar:)
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