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sábado, 29 de septiembre de 2012

El Cuerpo De La Mujer







Qué mi cuerpo sea una fuente de agua viva, 
de amor y de esperanza.
Qué mis manos hablen de amor y de confianza;
Qué ellas lleven la ternura y el calor que necesitan
las personas que me rodean.
Qué mis orejas escuchen
las personas que lo necesitan
con amor y confianza.
Qué mi cuerpo y mi ser
 no sean problema para la Iglesia.
Qué mi sonrisa sea bálsamo
 para que las heridas
 de la vida se cierren.
 QUÉ NOS DEJEN SER LO QUE SOMOS: MUJERES
MUJER, SÍ, CON UN SÍ BIEN  GRANDE.


                                                                                             Imma Saula




domingo, 23 de septiembre de 2012

23 de septiembre Día Internacional contra la explotación sexual y la trata de personas

 Un día como hoy pero en el año 1913 se promulgó la ley 9.143, que se conoce como la Ley Palacios, primera ley en el mundo contra la prostitución infantil, que, además, pretendió poner punto final a la trata de mujeres en prostíbulos locales, a la esclavización de mujeres para el ejercicio forzado de la prostitución. 
A partir del año 1999 esta fecha argentina se evoca como día internacional.
99 años después la Argentina resulta ser país de origen, de tráfico y de destino de personas que cayeron en estas redes.
Teniendo en cuenta la cantidad de personas que, a nivel mundial, son sustraídas con fines de trata y los números que se manejan en cuanto a personas recuperadas, las cifras siguen siendo escalofriantes. Creo que como sociedad vamos visibilizando este delito, en sus distintas variantes pero aún tenemos muy arraigados el "no te metas" que siempre aparece en cuestiones donde no nos vemos involucrados de forma directa.
Gracias a Dios, en la actualidad existen muchas organizaciones que se esfuerzan en hacer visibles estas realidades.
Ayer tuve la posibilidad de ser testigo del esfuerzo de chic@s de una parroquia de San Fernando que, de la mano de María Silvia, miembro de la Red Kawsay de la Vida Consagrada por una Sociedad sin TRATA DE PERSONAS, estuvieron durante todo el mes de septiembre reflexionando sobre el tema y saliendo a la calle para abrir la charla a la sociedad.
Entregaban panfletos en la plaza, animándose a explicar el contenido, hubo radio abierta, en esfuerzo de llegar a algun@s más y en dónde l@s chic@s se animaron a compartir sus pareceres y, sinceramente, emocionaba escucharlos hablar de las estructuras invisibles, como la del patriarcado, que atentan contra la dignidad de la persona, acallan las voces de las víctimas de trata, como a tantas otras víctimas, y son favorecidas por nuestra sociedad, a veces, tan consumista e individualista. Bartola y Bartolo, muñecos gigantes de la gente de la murga del barrio, ayudaron a hacer visible la consigna.
A la noche llegó la película "La mosca y la ceniza" con un fecundo debate; un ratito antes l@s chic@s de Aranzazu compartieron un corto que habían confeccionado trás los encuentros de reflexión.
L@s que pudimos estar, además de la información y la riqueza de escuchar al otr@, nos llevamos por contagio las ganas de est@s jovenes, que por ahí no eran tantos, pero estaban muy comprometid@s. María Silvia cerraba con la esperanza de que ell@s, concientizad@s, vivan distinto y así eduquen a sus hij@s. Agrego mi esperanza: que algún día tod@s lo logremos.
  


viernes, 31 de agosto de 2012

Territorio del encuentro

"La mesa" de Peteco Carabajal
Tomado de www.youtube.com

Las comidas de Jesús ocupan un lugar considerable en la tradición evangélica; resultaron una buena técnica para hacer presente el Reino; incluso hay quien sostiene que Jesús murió por la forma en que comía. Muchas veces Jesús comparte la mesa con personas que no gozaban de buena reputación (Mc 2, 14-17; Lc 19, 1-10; entre otras); lo que generaba mucha critica entre los fariseos y otros grupos de su tiempo.
En todas las sociedades las comidas poseen un enorme valor simbólico, reproducen a escala reducida el sistema social y su organización jerárquica; sirven, al mismo tiempo, para unir a los que las comparten y separar a los que no. En el pueblo de Jesús, en su época, había muchas reglas de pureza que establecían, entre otras cosas, con quien podías comer y con quien no. Por eso las comidas de Jesús armaban tanto revuelo; se puede considerar que en si mismas resultaban como un tipo de crítica social a las formas de la época; saliendo de las jerarquías y proponiendo una mesa de familia, una mesa de iguales; comidas contraculturales que hacían presente al Reino incluyendo a los que siempre estaban afuera.
Y ¿qué pasa hoy? ¿Cómo son nuestras mesas? Porque nos movemos entre varias ¿no?
¿Qué pasa con la mesa de Jesús? ¿Nos interpela? ¿Con quién comería Jesús hoy?
A veces me escucho diciendo "yo a este, a esta, no los quiero en mi mesa." A veces me pregunto, si por cuidar tanto de nuestra mesa, cada vez más chiquita, rígida, sorda y limitada no nos estamos perdiendo la fiesta que Jesús está compartiendo en otra parte...

sábado, 7 de julio de 2012

Hoy, no sé

Ando un poco enojada; siento que vivimos en un mundo para el que lo que es distinto es malo, el sólo pensar que hay otras realidades posibles da miedo, quizás porque pone en jaque nuestra propia mediocridad. Y así juzgamos, y condenamos, a tod@ aquel que se distinga de nuestro concepto de "normalidad"
Que lo digan l@s herman@s más pobres, l@s enferm@s, l@s herman@s trans, l@s homosexuales, l@s más jóvenes, l@s abuel@s, lo digo yo cuando para algun@s, como soy cristiana, no puedo tener una opinión objetiva...
¿Quién nos ha constituido en jueces con potestad suficiente para excluir a los que no viven según nuestras reglas? ¿Nos damos cuenta de que lo hacemos o nuestra mediocridad es automática?
 "L@s excluye el sistema" ¡¡¡Nosotr@s somos parte del sistema!!!
A diario veo semillas que dan esperanza. Los días más áridos temo que nuestra mediocridad las sofoque; los más vivos, confío en que hay alguien que siempre se ocupa a través de tant@s person@s que nunca se cansan de trabajar.Mujeres y Hombres que, en nombre de la vida, y muchas veces con sus vidas, defienden el debate y el respeto a la diversidad por sobre los modelos que, muchas veces, no nos animamos a desafiar.
Soy de esas personas que piensan todo el tiempo, y últimamente pienso mucho en la "libertad". Escuché por ahí que "La libertad no es simplemente un privilegio que se otorga; es un habito que ha de adquirirse". Quizás si cada un@ se animara, más allá de las grandes luchas, a ejercer su propia libertad de ser a diario, y no como una conquista sobre l@s demás sino como un derecho propio... no sé, quizás nos meteríamos menos con la libertad del otro, no pondríamos obstáculos para que cada quien sea quien quiera ser... Ser herman@s en igualdad de condiciones y en la diferencia, compartida y celebrada día a día. No sé.
En estos días repasaba un artículo de la antropóloga Marta Riskin sobre el arte y la libertad de expresión, a través de distintas metáforas invita al dialogo, al debate y al encuentro como alternativa a lo hegemónico que quiere imponerse, cierro con su frase de cierre
"Una de las ventajas de redescubrir que la omnisciencia es un recurso literario y no un atributo de la conciencia humana está en hallar evidencias de “múltiples mundos reales”. Para habitar el mejor posible, compartimos la responsabilidad de construir nuevos espacios de encuentro"



lunes, 25 de junio de 2012

Una Oración

De vez en cuando, dar un paso atrás nos ayuda
a tomar una perspectiva mejor. 

El Reino no sólo está más allá de nuestros esfuerzos, 
sino incluso más allá de nuestra visión. 

Durante nuestra vida, sólo realizamos una minúscula parte
de esa magnífica empresa que es la obra de Dios. 

Nada de lo que hacemos está acabado, 
lo que significa que el Reino está siempre ante nosotros. 

Ninguna declaración dice todo lo que podría decirse. 
Ninguna oración puede expresar plenamente nuestra fe. 

Ninguna confesión trae la perfección, 
ninguna visita pastoral trae la integridad. 

Ningún programa realiza la misión de la Iglesia. 
En ningún esquema de metas y objetivos se incluye todo. 

Esto es lo que intentamos hacer: 
plantamos semillas que un día crecerán; 
regamos semillas ya plantadas, 
sabiendo que son promesa de futuro. 

Sentamos bases que necesitarán un mayor desarrollo. 
Los efectos de la levadura que proporcionamos
van más allá de nuestras posibilidades. 

No podemos hacerlo todo y, al darnos cuenta de ello, sentimos una cierta liberación. 
Ella nos capacita a hacer algo, y a hacerlo muy bien. 

Puede que sea incompleto, pero es un principio, 
un paso en el camino, 
una ocasión para que entre la gracia del Señor y haga el resto. 

Es posible que no veamos nunca los resultados finales, 
pero ésa es la diferencia entre el jefe de obras y el albañil. 

Somos albañiles, no jefes de obra, ministros, no el Mesías. 
Somos profetas de un futuro que no es nuestro. Amen. 

S. E. Mons. Óscar Romero

jueves, 7 de junio de 2012

"Posible"


Mandala tejido por Claudia (www.claudiapierotti.blogspot.com)










Hace un par de lunes fui a una charla sobre el misterio de la encarnación y la clave de la existencia cristiana. Para empezar, se nos propuso pensar quién es Jesús para cada una de las asistentes; luego compartirlo en grupos, compartiendo también qué significa la encarnación para cada una de nosotras…

Pregunta interesante, a veces los misterios se quedan en eso… 

Siempre digo que Jesús para mi es el Señor, mi modelo y mi esperanza; una amiga, Claudia, fue por el mismo lado al momento de compartir y se nos trató de voladas, de abstractas; paradójico porque, a mi entender, hablábamos de algo bien concreto. Me explico. Cuando pienso en la encarnación, pienso en lo posible. Que Di*s se haya encarnado, haya dejado de mirar de arriba para vivir de adentro la realidad de su pueblo, como cualquier hombre o mujer de su tiempo; y que haya vivido con la coherencia que vivió, me da entender que yo, que nosotr@s, si le ponemos ganas podemos imitarlo, o al menos intentarlo ¿no?

Así “el misterio de la encarnación” se daría de forma continuada en la historia…


Si mirando a Jesús nos animamos a ponernos la piel del otr@, a asumir al herman@, el Reino sería cada vez más nítido para much@s asfixiad@s por tanta estructura de terror; leia en estos días que el Reino está cerca porque es posible sanar y pensaba en la respuesta de Jesús a Juan “los ciegos ven, y los cojos andan, los leprosos quedan limpios y los sordos oyen, los muertos resucitan y se anuncia a los pobres la Buena Nueva.”

Cuando cambian las sensaciones se dejan ver los caminos, caminos que Jesús, Dios y Hombre, transitó y que como cristian@s no nos tendríamos que cansar de buscar, caminos de diálogo, de justicia, de inclusión, de convivencia, de solidaridad, de amor, de entrega, de cruz y, también, de Pascua. 

Caminos concretos de esperanza, de posibilidad, de encarnación


viernes, 4 de mayo de 2012

Un texto teñido de esperanza


Hace algunos años, creo que en el 2009, María Silvia y yo compartíamos un texto del Tercer Isaías, teníamos que hacer un trabajo.
El tercer Isaías tiene cuatro discursos refiriéndose a una ciudad con imágenes femeninas:
-          57, 6-13;
-          60;
-          62;
-          66, 7 –14a.
           El primero tiene una connotación negativa, en tanto que en los otros tres las imágenes femeninas son muy positivas.
Nos tocaba analizar el último, Is 66,7-14a, que presenta a Jerusalén como una mujer fecunda, como una medre, que da a luz a un pueblo y a Dios como una mujer que lleva y consuela a sus hijos. Las imágenes femeninas, maternas dan idea de paz[1]. Cuando una ciudad está en paz, es semejante a un seno protegido y seguro; más aún, es como una madre que amamanta a sus hijos con abundancia y ternura (cf. v. 11). Desde esta perspectiva Jerusalén vuelve a ser una ciudad - madre que acoge, sacia y deleita a sus hijos, es decir, a sus habitantes. Sobre esta escena de vida y ternura desciende la palabra del Señor, que tiene el tono de una bendición (cf. vv. 12-14).
Pensabamos en el contexto histórico del texto. Había terminado ya la cautividad en Babilonia, los israelitas habían retornado a su tierra, habían reconstruido el Templo pero las esperanzas no se habían realizado como Israel imaginaba en los días de cautiverio o como Ageo y Zacarías profetizaban en los primeros años que siguieron al retorno.
Jerusalén no es la ciudad gloriosa y vencedora, sino un conjunto de ruinas. La pobreza y las calamidades dificultan la reconstrucción de la ciudad, la hostilidad de los pueblos vecinos no hace sino acrecentar las ya graves dificultades que se respiran por todas partes. Todo ello es motivo de decepción para un pueblo que en el dolor había imaginado un porvenir glorioso. Pero queda un resto de fervorosos israelitas que no han perdido totalmente la esperanza y que, ante las dificultades presentes, empiezan a entrever que las promesas de Dios sobre el futuro de la ciudad santa han de referirse a una Jerusalén muy distinta de la política y nacionalista que se habían imaginado.
            En este contexto Isaías dice:
“Antes de tener los dolores, ella dio a luz;
antes de llegarle el trance, liberó un varón:
¿Quién ha oído tal cosa? ¿Quién ha visto cosas como éstas?
¿Acaso es parido un país en un sólo día? ¿o es dada a luz una nación
de una vez?
Apenas tuvo dolores, Que también dio a luz Sión a sus hijos.
¿Acaso yo hago romperse (la bolsa),si hacer dar a luz?
- dice Yahvé -
¿Acaso soy yo el que hace dar a luz pero obstruyo?
-          dice tu Dios -.

¡Regocijaos con Jerusalén, y alegraos por ella,
todos los que la amáis!
¡Gozaos con ella con gozo, todos los que lloráis por ella!

De modo que maméis y os saciéis de sus pechos consoladores,

de modo que chupéis y os deleitéis de su ubre ponderable.

Porque así dice Yahvé:
He aquí que extiendo hacia ella como un río, la plenitud,
y como un torrente desbordante la riqueza de las naciones;
y mamaréis;
sobre el costado seréis llevados, sobre las rodillas seréis acariciados.
Como uno a quien su madre lo consuela,
de la misma manera yo os consolaré
¡en Jerusalén seréis consolados!
¡Veréis y se gozará vuestro corazón,
y vuestros huesos como la hierba florecerán!”.


Y nos pareció que la clave de lectura de este texto es la esperanza. Una esperanza prefigurada, una esperanza con mayúsculas que envuelve otra clave: lo femenino y lo maternal. Es un texto que da la idea de anticipar algo asombroso, desbordante. Es un texto todo “teñido” de esperanza
La figura, la imagen de un Dios “obstetra” le da al texto una connotación especial que tiene que ver con la vida, con la fecundidad, tan propia de la mujer[2].
Otra característica: la anatomía humana, la referencia a partes del cuerpo humano: brazos, corazón, huesos, manos;  y la referencia a algo tan propio del cuerpo femenino: los senos. Y de ahí, la idea de fecundidad, de dar vida a través del “alimento que consuela y deleita”.
Y de los senos pasa a la comparación con la ubre, que hasta puede parecer una falta de respeto a lo femenino, pero como el texto, viene en un contexto de ternura que envuelve todas las palabras, no nos parece una falta de respeto, sino que nos da la idea de solidaridad, de amparo, de cobijo. Es la ubre comunitaria. De  lo individual se pasa a lo comunitario: “Vengan todos, hay para todos”. Hay una madre que recibe a todos los hijos, los abraza, los alimenta, los acaricia.
Croatto dice que el libro de Isaías apunta a la “reconstrucción de la esperanza” en los momentos más difíciles del pueblo. Parece como que Yahvé siempre tiene en mente la esperanza para ofrecer a  su pueblo. En este texto casi podríamos hablar de una esperanza “premeditada”, desde siempre, desde antes...
La imagen de la ciudad que alimenta, que cobija, que acaricia, es como un bálsamo de paz para un pueblo que ha sufrido mucho. Es la antítesis de la ciudad violenta que expulsa a sus habitantes. Con las características que le da a la ciudad, es imposible que no haya paz. Y si hay paz, será posible la justicia...

No sé, por un momento me paro en el lugar de pueblo desesperanzado porque las promesas no se cumplen, pero intentando confiar en Dios; un pueblo con seres queridos lejos tratando de buscar un futuro mejor, intentando confiar en Dios; un pueblo que busca respuestas, pero un pueblo que sigue intentando confiar en Dios. No sé porque pero no es tan difícil pararse en el lugar del pueblo al que se dirigía el Tercer Isaías. Se ve que el tiempo pasa pero algunas sensaciones quedan…
Sin embargo la invitación sigue siendo a confiar, confiar en que Dios tiene un proyecto de amor para nosotros desde siempre; que ese proyecto incluye a todos, reúne y acerca a los lejanos, consuela a los que están cerca pero afuera, porque hay paz para todos, esa paz que se desborda con la fuerza de un río.
Quizás el desafío sea entendernos, cada uno de nosotros, cada una de nosotras, proyecto de amor de este Dios que tiene un poco de obstetra y un poco de Madre; quizás si nos animamos seamos concientes de esa paz que se desborda y podamos transmitirla a los demás; quizás si lo logramos el mundo, y las sensaciones sobre él, empiecen a cambiar.



[1] La madre en la historia de la salvación: las características de la madre se descubren, traducidas metafóricamente, ya para expresar una actitud divina, ya en el orden mesiánico, o para expresar la fecundidad de la Iglesia.
Ternura y sabiduría divina: hay en Dios tal plenitud de vida que Israel le da los nombres de padre y de madre. Para expresar la misericordiosa ternura de Dios, rahamin designa las entrañas maternas y evoca la emoción visceral que experimenta la madre para con sus hijos (salmo 25,6; 116,5) Dios nos consuela como una madre (Is 66,13) y si una madre fuera capaz de olvidar al hijo de sus entrañas, Él no olvidará jamás a Israel (Is 49,15). (Cf. León Dufour, Xavier: “Vocabulario de Teología...”).

[2] Asimismo,  Yahvé recurre a otras imágenes vinculadas a la fertilidad. En efecto, habla de ríos y torrentes, es decir, de aguas que simbolizan la vida, la exuberancia de la vegetación, la prosperidad de la tierra y de sus habitantes (cf. v. 12).